jueves, 23 de febrero de 2012

Mientras estemos vivos

Hay veces que una canción nos transporta a otro tiempo, otro lugar; revivimos situaciones que creíamos olvidadas. Y ése es el momento cuando el más feliz de los recuerdos produce, paradójicamente, la más amarga de las sensaciones.

"No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió."
-Gabriel García Márquez-

Ésta ha sido una de mis máximas siempre, siempre tan difícil de aplicar. Porque si aquello que aconteció es tan preciado como para querer conservarlo mientras estemos vivos, el recuerdo se nos antoja entonces insuficiente. Se va convirtiendo, a su vez, en el recuerdo de un recuerdo -idea que saqué de una película y que me pareció dolorosamente hermosa-. Y, de esta manera, a base de recodar, queda desdibujada la delgada línea que separa la realidad de lo que es, simplemente, producto de nuestra imaginación y de nuestro deseo.

"No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió."
-Joaquín Sabina-

Y, ¿si realmente las cosas no pasaron como creemos? ¿Y si nuestra perspectiva de la realidad está mucho más condicionada de lo que pensamos? Si mi mayor miedo es vivir sin memoria, ¿realmente sería el temor de perder la capacidad inventiva? ¿Quién nos garantiza que no vivimos constantemente siendo titiriteros y, en ese juego, cada cual es quien nosotros queremos que sea? Esto me trae a la memoria otra pregunta:

"¿Quién escribirá la historia de lo que pudo haber sido?"
-Andrés Calamaro-

Lo que pudo haber sido no existe. No obstante, eso no significa que tenga menos valor que lo que realmente fue. Al fin y al cabo, ¿qué nos hace más felices? Juguemos a soñar despiertos.

B.J.
23/02/2012

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