jueves, 2 de febrero de 2012

Un, dos, tres... ¿Por qué te preocupas?


“Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y, si no tiene solución, ¿por qué te preocupas?”

Esta frase la escuché hace tiempo, no me acuerdo bien en boca de quién. En su día no le presté demasiada atención, aunque parece ser que mi subconsciente sí lo hizo y hoy la recordé. Decidí buscarla en Internet y, por lo visto, se trata de un proverbio árabe.

Sea como fuere, he decidido aplicarlo. Para ello, me he marcado unas directrices:

  1. Intentar cambiar la situación que provoque malestar.
  2. Si no hay nada que se pueda hacer para resolverla, cambiar la actitud con que afrontarla.
  3. Tratar de poner freno a los malos pensamientos en cuanto aparezcan.
  4. Darle la importancia que se merecen aquellas pequeñas cosas del día a día.
  5. Llenarme de mensajes positivos.
  6. Creer que todo empieza por mí.
Me ha quedado demasiado “Fácil”, pero hoy prefiero pensar así. Empezaré con un: 

¿POR QUÉ NO? 
 Y que no haya respuesta que me convenza.

B.J.
02-02-2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario