jueves, 30 de agosto de 2012

Estabas

Estabas como la vida, como todas las historias que vuelven al principio, como todo lo que va llegando a su final. Estabas y te fuiste, pero no muy lejos y nunca por demasiado tiempo. Porque, a su transcurrir, siempre acabaste volviendo. Estabas, una vez más. Estabas con tus ojos y su profunda mirada adivinando mi suerte. Estabas con tu sonrisa, ésa que me hizo empezar a quererte. Estabas con tus palabras, cuyo sonido me hizo creerme más fuerte. Y, definitivamente, lo fui. Estabas con el propósito de que no pudiera dejar de verte. Estabas ahí. Y hablabas. Hablabas como quien simplemente está, como los que sólo respiran, indiferentes. Pero hablabas y me mirabas. Estabas. Y hablabas. Y me mirabas. Y yo no sabía a dónde mirar. Estabas de pie, frente a mí. Y por si te lo preguntas: sí, lo conseguiste. Y no creas que no lo supe. Tal vez sí lo sepa. Quizás sólo esté fingiendo que me engañas. Mientras que tú, simplemente, estabas.

B.J.
30/08/2012

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