miércoles, 11 de julio de 2012

El verdadero regalo

Estas ganas de seguir,
poco a poco, van menguando;
ya no quiero insistir,
¿cómo puedo amarte tanto?
Escribo estas breves líneas
bañadas en triste llanto
para darte, sin consuelo,
el verdadero regalo.

No eres más que un conocido,
un par de conversaciones
y un café... que aún me quema.
Jugamos a ser amigos
en contadas ocasiones
y ahora sé que nada queda.

Y, ¿cómo puedo sentir
que del todo te he perdido,
si no se puede perder
lo que nunca se ha tenido?
Y yo no puedo perder
lo que nunca ha sido mío.

Ya no espero una respuesta,
ya no busco tu perdón,
ya no quiero que me quieras
como te he querido yo.
Lo único que te pido,
como enésimo favor,
es que entiendas una cosa
sin ninguna otra intención:

Ahora atiendo tus deseos
y, con todo mi dolor,
es por ti que me voy yendo,
es por ti que digo adiós.
B.J.
10/11-07-2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario