domingo, 29 de enero de 2012

Uno

Una lluvia me detiene,
me recuerda tus palabras
y me escondo en esta noche
tantas veces olvidada.
Voy tejiendo con mi mente,
poco a poco, una esperanza,
que me aleja de la vida
que me encuentra siempre al alba.
Voy creando ilusiones
que me mantienen anclada
a todos estos recuerdos
que me acercan a la nada.
Hoy soy todo lo que sueño,
lo que no seré mañana
eso que, cuando amanezca,
se quedará entre las sábanas.
Y se me ocurre pensar
como siempre, aquí en la cama,
que lo que es tan irreal
es aquello que me salva.
Aunque no vea el final,
tristemente, se me acaban
tus abrazos, tu sonrisa,
y todas esas palabras
que la lluvia me recuerda
en esta noche estrellada.
Y esa lluvia me detiene
y se pierde entre mis lágrimas,
y ahora entiendo una verdad
que me hiere y se me clava:
ahora sé que nunca tuve
ni siquiera tu mirada;
sólo queda el falso invento
de creer que la distancia
pondrá freno a esto que siento
y que no encuentra palabras.
Que no cesa de dolerme
porque ya no tengo nada,
ni siquiera la ilusión,
ni el dolor de la esperanza
de creer que tú vendrías,
de pensar que te importaba...
Hoy me siento tan vacía,
que me pesa hasta el alma.
B.J.
20-12-2011

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